Después de la vista, posiblemente el sentido del olfato es el más importante en los seres humanos. Se trata de un sentido que está ligado a diversos eventos y situaciones, así como nos permite percibir el mundo que nos rodea. Nos atraen determinados olores, así como rechazamos y nos alejamos de otros. El olfato nos hace evocar recuerdos positivos, agradables, así como otros que no son así. Por supuesto, también tiene un papel importante en nuestra supervivencia y en nuestras elecciones. Ante estas maravillas, ¿cómo funciona el sentido del olfato y cuál es su rol en nuestra vida diaria?

Funcionamiento del sentido del olfato

Todo comienza desde los orificios nasales o narinas, en donde ingresa el aire que respiramos y que lleva oxígeno a los pulmones y al resto del organismo. Ese aire se calienta y humedece, además de que por ahí es donde ingresan las partículas aromáticas y pasan por las coanas que comunican con la faringe. Es en la parte superior del hueso etmoides en donde reside el epitelio olfativo, que pasan dichas partículas.

El epitelio se conforma por la pituitaria roja y amarilla, siendo ésta la que tiene la labor de reconocer la información recabada de los olores percibidos. Contamos con 20 o 30 millones de células olfativas, las cuales pueden regenerarse en caso de daño. Las partículas olorosas deben ser solubles en agua y así tener la capacidad de incorporarse a la mucosidad que se encuentra en el interior. Por otra parte, dichas partículas pueden pasar por la parte posterior de las fosas nasales. Es por ello que, en caso de gripe, tenemos mayor dificultad para percibir los olores y sabores.

Sentido del olfato y el cerebro

Como mencionamos al inicio, el sentido del olfato ha sido pieza clave en nuestra supervivencia. Tanto en la detección de alimentos en descomposición, como en identificar aquello que nos favorezca y resulte agradable. No es de extrañar que este sentido esté ligado al cerebro y haya neuronas olfativas. Es ahí cuando se pasa de un estímulo químico a uno eléctrico en donde los axones lo conducen hasta llegar al bulbo olfatorio.

Es a partir de ahí que se atraviesa la llamada lámina cribosa, que es una estructura que se encarga de comunicar la nariz con el cerebro. De ahí se sigue hasta los glomérulos olfatorios y al sistema límbico, así como el hipotálamo y la corteza cerebral. Existen 12 pares craneales en el humano, y es el nervio olfatorio el primero de ellos. Nuestro olfato ha evolucionado lo suficiente como para detectar 10 tipos de olores, entre ellos: podrido, fragante/floral, químico, dulce, mentolado, frutal (no cítrico), ahumado (o quemado), acre/rancio, cítrico, leñoso (o resinoso).

Sentido del olfato y nuestras elecciones

Al conocer lo anterior, es fácil entender por qué nos gustan o atraen más unos aromas que otros, así como la importancia del sentido del olfato. Esto es básico no solo para la supervivencia, sino también para elegir pareja, así como para ciertas decisiones de compra. En efecto, porque al entrar a una tienda, el olor puede influir bastante en permanecer ahí o no, incluso en adquirir un producto o no, debido a su aroma y a las asociaciones olfatorias que implica. Esto lo sabemos en Ambiarom, porque nos dedicamos al marketing olfativo.

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